[...]
Como la luna
he sido horadada por una lluvia constante de meteoritos
me pesan las vendas en los ojos
y las sonrisas sostenidas a punta de fe
me pesa la confianza
como una ceguera fácil y sin profundidad
para esto me servirá la madurez
para adentrarme más allá del verdor
y ver y amr sin miedo la totalidad:
la podredumbre
igual que la gloria.
La vida me demanda otro rostro
quitarme la máscara de infancia
Gritar.
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